La historia se basa en el cuento de Hans Christian Andersen "La reina de las nieves", aunque muy por encima todo hay que decirlo. Nos encontramos ante no una, sino dos princesas, Elsa y Anna. Conocemos a estas dos princesitas en su más tierna infancia, cuando descubrimos que Elsa posee poderes que le permiten crear nieve y hielo, algo que las hermanas disfrutan como inocentes que son, hasta que Elsa termina haciendo daño a Anna. Sus padres sólo consiguen salvar a la niña llevándola ante los amigables trolls, pero a costa de que pierda parte de su memoria. Ya que Anna ahora no sabe que Elsa tiene poderes, sus padres le prohíben a la niña el usarlos, algo que la pobre Elsa intenta pero le cuesta mucho evitar y, por si eso fuera poco, cierran el palacio a cal y canto para que nadie descubre los poderes de su hija mayor. Por miedo a dañar a su hermana, Elsa se aleja todo lo posible de Anna, lo que causa la aflicción de esta última a lo largo de su adolescencia. Como el drama está muy presente en toda película disney que se precie, los padres de las jóvenes mueren en un viaje en barco un poco random y metido con calzador. Ya se sabe que ser padre en una película disney es comer ser un putón rubio en un slasher, no duras ni media película.
Lo malo es que ahora Elsa se ve obligada a salir ante sus súbditos para hacer de reina, lo cual le causa cierto nervioso, que contrasta con la emoción de Anna de conocer nuevas personas y encontrar marido. Minipunto para Disney por saber reírse de sí mismos. En un principio, cuando Anna afirma que su meta en la vida es encontrar un chico guapo y posteriormente decirle sí quiero al príncipe de turno con el que pasa la mañana no pude menos que efectuar un face palm en toda regla. Cuál no sería mi sorpresa al ver el rapapolvo que le echa su hermana por ser tan estúpida como para casarse con alguien que acaba de conocer. Ojalá la bella durmiente y Cenicienta hubieran tenido una hermana como Elsa.
El resto de la película se centra en la relación entre ambas hermanas y las dudas de Elsa sobre si seguir conteniendo los poderes que tiene desde su nacimiento o abrazar su verdadero ser y utilizar estos poderes, El momento cumbre llega en la que es la mejor escena de la película, la interpretación de "Let it Go" por parte de Elsa, en la voz de la experimentada artista de Broadway Idina Menzel. Muchos críticos coinciden en que es de las mejores escenas del año en el cine. Coincido con ellos pues rara vez se puede ver en una película de animación una escena en que la música combine perfectamente una voz sublime con los sentimientos del personaje, quitando las típicas canciones de parejita romántica (Un mundo ideal, La noche del amor, bella y bestia son...). El resto de canciones también acompañan perfectamente a un guión al que se le pueden acusar algunos pequeños fallos, normales en películas dirigidas hacia el público infantil, pero que alejan la película de la perfección. El resto de las voces protagonistas cumplen a la perfección su cometido, aunque me hubiera gustado oír cantar algo más a Jonathan Groff (Kristoff). De Kristen Bell no tengo tampoco queja alguna, pues la protagonista de Verónica Mars sabe dotar a Anna de esa inocencia bobalicona que la caracteriza.
Aunque no soy un experto en animación 3D, he de decir que me gustó mucho la ambientación que se le da a la cinta, más por ese toque escandinavo que tan bien nos sabe llevar a mundos mágicos, habiendo algunos paisajes que realmente quitan la respiración. En resumen, puedo decir que es una película que merece la pena ver, sobre todo en familia, ya que cada uno podrá encontrar algo diferente en la película Frozen, tanto padres como niños. La nota baja un poco, principalmente por la poco solidez del guión, más que por lo que podemos ver y oír a lo largo del cortometraje, pero aun así es una digna sucesora de la tradición Disney.
Nota: 8
Spoiler: Secuencia completa de "Let it Go"
Lo malo es que ahora Elsa se ve obligada a salir ante sus súbditos para hacer de reina, lo cual le causa cierto nervioso, que contrasta con la emoción de Anna de conocer nuevas personas y encontrar marido. Minipunto para Disney por saber reírse de sí mismos. En un principio, cuando Anna afirma que su meta en la vida es encontrar un chico guapo y posteriormente decirle sí quiero al príncipe de turno con el que pasa la mañana no pude menos que efectuar un face palm en toda regla. Cuál no sería mi sorpresa al ver el rapapolvo que le echa su hermana por ser tan estúpida como para casarse con alguien que acaba de conocer. Ojalá la bella durmiente y Cenicienta hubieran tenido una hermana como Elsa.
El resto de la película se centra en la relación entre ambas hermanas y las dudas de Elsa sobre si seguir conteniendo los poderes que tiene desde su nacimiento o abrazar su verdadero ser y utilizar estos poderes, El momento cumbre llega en la que es la mejor escena de la película, la interpretación de "Let it Go" por parte de Elsa, en la voz de la experimentada artista de Broadway Idina Menzel. Muchos críticos coinciden en que es de las mejores escenas del año en el cine. Coincido con ellos pues rara vez se puede ver en una película de animación una escena en que la música combine perfectamente una voz sublime con los sentimientos del personaje, quitando las típicas canciones de parejita romántica (Un mundo ideal, La noche del amor, bella y bestia son...). El resto de canciones también acompañan perfectamente a un guión al que se le pueden acusar algunos pequeños fallos, normales en películas dirigidas hacia el público infantil, pero que alejan la película de la perfección. El resto de las voces protagonistas cumplen a la perfección su cometido, aunque me hubiera gustado oír cantar algo más a Jonathan Groff (Kristoff). De Kristen Bell no tengo tampoco queja alguna, pues la protagonista de Verónica Mars sabe dotar a Anna de esa inocencia bobalicona que la caracteriza.
Nota: 8
Spoiler: Secuencia completa de "Let it Go"
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