sábado, 4 de agosto de 2012

Trollhunter

 
Noruega, país de fiordos y vikingos. Desde este septentrional país, situado el número 1 en la lista de países con mayor índice de desarrollo humano, no suelen llegar muchas propuestas cinematográficas. No obstante, la que tengo hoy entre manos me ha llamado la atención por su título y su original propuesta. Prepárense para disfrutar libre de spoilers de “El cazador de Trolls” (Trollhunter (Trolljegeren))

          La película narra, en formato de falso documental, las desventuras de un grupo de paparazis estudiantes de la Universidad de Bergen que, cámara en mano, tratan de cubrir la caza de osos en una determinada zona de Noruega (De cuyo nombre no quiero acordarme). La sorpresa vendrá cuando conozcan a Hans, un misterioso cazador que no va precisamente tras osos. Tras perseguir a Paris Hilton Hans por las calles de Hollywood media Noruega, éste decide que los jóvenes le acompañen en su búsqueda y captura de unos seres milenarios, Cher los Trolls.
Y no nos referimos a este

Se ha hecho ya con brujas imaginarias, monstros que destruyen Nueva York, infectados y apariciones fantasmales, pero la utilización de lo trolls no queda simplemente en ser un monstruo más al que graban con una cámara de mano y crean una mitología propia en la película. Imagino que en Noruega los trolls estarán más arraigados en la cultura popular, por algunos comentarios de los personajes. Pero aun así, gracias a Hans, podemos conocer algo más de las costumbres y cultura troll. Además los fríos bosques escandinavos son un escenario perfecto para narrar la historia y desprenden misticismo por todos lados. La atmósfera la completa la oscuridad, ya que los trolls no pueden salir a la luz del día, que unida a las brumas noruegas contribuyen a crear tensión y sensación de agobio. Lógicamente alguno trolls no se dejan grabar tan fácilmente, he aquí un terrorífico ejemplo:
El puto amo
Lo mejor de la película es sin duda Hans. El tío parece un cazador real, ni actúa ni muestra ningún sentimiento hacia la cámara, pero desprende el respeto y la sabiduría propia de un ermitaño solitario. El resto de personajes sirven únicamente para poner una excusa a la grabación, los tres muchachos insulsos son cada cuál más prescindible que el anterior. Ni que decir tiene que todas las escenas que no suponen cacería de trolls ni entrevistas a Hans son un coñazo, pero afortunadamente son pocas y cortas, se nota que el director sabe dónde estaba la chicha.
A pesar de que algunas escenas son prácticamente calcadas de “El proyecto de la Bruja de Blair”, la película es bastante entretenida y no se hace pesada para nada. Los diseños de los trolls son muy chulos y como dije la ambientación es perfecta. Por todo esto y por mucho más, os recomiendo fervientemente su visionado y disfrute.

Puntuación: 7


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