domingo, 2 de marzo de 2014

Ira Dei- La ira de Dios

Recientemente, y probablemente debido a la lejanía y la añoranza de mi tierra, me he puesto a indagar en obras que hablan del pasado de Tenerife o, simplemente, cuya acción transcurre en la isla. Ya comenté hace poco mis impresiones sobre "El sarcófago de las tres llaves". Tras su lectura, el gusanillo de los thriller laguneros me siguió picando así que me acerqué a la obra que hoy nos ocupa que, además, es anterior a la ya comentada.


La Ira de Dios, de Mariano Gambín, es el primer libro de una trilogía, cuyos acontecimientos transcurren en la ciudad tinerfeña de La Laguna alrededor de cuatro personajes principales. Cada una de las novelas de la trilogía tratan de un misterio que, en mayor o menor medida, surge de la mitología de esta histórica ciudad. En este que hoy nos ocupa nos centramos en el descubrimiento de una cripta bajo las calles laguneras, donde se encuentran enterrados decenas de cadáveres centenarios a los que, aparentemente, se les había arrancado la cabellera. Curiosamente durante los días previos, crímenes similares han tenido lugar en la ciudad, por lo que nuestros protagonistas tendrán que descubrir si existe alguna relación entre ambos hechos.
La Catedral de La Laguna, uno de los escenarios de la novela.
Entre estos cuatro protagonistas destaca el inspector Antonio Galán, supuesto protagonista de la obra al ser el encargado de resolver los crímenes de la ciudad. Es un personaje más bien sosainas, sin ningún tipo de característica que lo defina y más plano que una tabla, limitándose su papel a darnos a conocer los avances de la investigación. Por otro lado nos encontramos con un antiguo ligue de Galán (Vaya nombrecito), Marta Herrero, arqueóloga de la universidad de La Laguna, cuya curiosidad y conocimientos la hacen bastante más interesante que Galán, pero no por ello destaca en "La Ira de Dios" por su versatilidad. Si los dos primeros personajes eran demasiado planos, Luis Ariosto es todo lo contrario. Inspector de Hacienda en excedencia, filántropo, esgrimista, inteligente, fuerte, con una numerosa red de contactos... vamos, un personaje trampa que vale para un roto como pa un descocido. Cada vez que algún personaje necesita algo o se mete en un apuro, este hombre simplemente hace una llamada y lo soluciona. Puede que sea el favorito de muchos lectores por todos los matices que ofrece, pero a mi me carga bastante. Primero, porque no creo que exista una persona tan cansina y rimbombante y segundo, porque es un personaje que pase lo que pase siempre gana y eso, amigos, es algo que no me gusta nada.


¿Posible arma del crimen?
Pero no todos los personajes son un desperdicio. Disfruté, y mucho, leyendo las páginas dedicadas a la reportera Sandra Clavijo, una joven y ambiciosa periodista que haría cualquier cosa por destacar en la redacción. Más de una sonrisa se me escapó al ver la cara que le echa esta muchacha, que no duda en mentir descaradamente a un policía o cuchichear y criticar con una secretaria para conseguir un mísero titular. Sin duda es mi personaje favorito y al que esperaba con más ansias conforme avanzaba la lectura.

El desarrollo de la historia es rápido y fácil de seguir, la trama es bastante interesante y los últimos capítulos, que transcurren bajo los túneles de la ciudad, son bastante agobiantes y caóticos, precisamente lo que el autor quería conseguir con su redacción, así que lo felicito por ello. Pero y hay un gran pero en esta novela, lo que sí que no me convenció es esa forma de vendernos la ciudad de La Laguna. Ojo, es una ciudad que me encanta y donde yo me crié, pero lo que no se puede permitir es que nos vendan una guía de viajes como si fuera un thriller de asesinatos. Encontramos páginas y páginas de descripciones de hechos y lugares históricos, más propios de un libro académico, que entorpecen la lectura y llegan a aburrir al lector, que generalmente estará más interesado en los misterios que en saber quién vivía en la casa tal o cuál en el siglo XIX y las reformas que hizo en la misma inspirado en la cultura de la época. Un gran fallo que le baja la nota a la novela, pero que apruebo porque ya estoy buscando la secuela para seguir con las aventuras de estos personajes. Si M. Gambin ha conseguido esto es que el libro muy malo no tiene que ser, ¿no?
La Casa Lercaro, escenario del tercer libro

Por cierto que si alguien está pensando en adquirir la trilogía de Ira Dei, ésta está formada por los siguientes libros: "La Ira de Dios", "El círculo platónico" y "La Casa Lercaro". Si están interesados en la historia de esta ciudad, de seguro no les defraudarán.

Nota: 6

2 comentarios:

  1. SANDRA TU FAVORITA!? PERO SI ES UNA PETARDAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!! Ah, ya claro, con lo que a ti te gusta esta gentecilla... Este libro me gustó lo justito: la manera de explicar la ciudad me pareció equivocada, por pasarse de académica, pero el crimen principal no estaba mal. A mí Galán también me parece un soso de tres pares y lo mismo la arqueóloga, a la que pusieron de tía buena para que se ligara al prota (sabiendo lo que hay por esa facultad, ni por putas estaría tan cañón) A mí Ariosto sí me cayó bien, pero entiendo tu crítica: de todas maneras, el personaje va mejorando. El segundo libro fue el que más me gustó: se desarrolla en una sola noche, así que es trepidante! Y del tercero, ya sabes... Aunque espero tus impresiones.

    PD: me han recomendado mucho otros dos libros que se desarrollan en Canarias, aunque escritos por peninsulares: "Búscame donde nacen los dragos" e "Ithaisa". Los dos tienen que ver con la cultura guanche, lo que me recordó a cierta conversación en un coche no hace demasiado... Te los menciono por siguiere seguir recordando esta bendita tierra mediante la literatura. Muacks!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues el de los dragos sí lo había oído y puede que me lo pille. Y quién lea lo de cierta conversación en un coche va a pensar lo que no es...XD

      Eliminar