Semana
8 a la vista, nuevo capítulo con la primera boda que vemos en la temporada de
todas las que se han venido comentando. Second sons es su nombre y en las
siguientes líneas me dispongo a desgranarlo y criticarlo con gusto. Pasad y
comentad.
Después
de la reprimenda que solté la semana pasada y si no fuera porque el capítulo
está rodado y cerrado desde hace semanas, diría que los guionistas me han
escuchado y han centrado un poco las tramas. Esta semana hemos visto sólo tres
hilos argumentales, la boda de Tyrion y Sansa, el acercamiento de Dany a los
segundos hijos y la llegada de Gendry a Rocadragón. Además de dos escenas
adicionales encargadas de abrir y cerrar el capítulo, la primera de Arya y la
última de Sam. Curiosamente no ha habido casi relleno y acabé con muy buen
sabor de boca este episodio.
Comencemos
con los eventos de Desembarco del Rey. Hemos visto los momentos previos, la
boda y el banquete de esta extraña pareja que forman Tyrion y Sansa. Sin duda
es el enano quien más se ha lucido y probablemente Peter Dinklage utilice este
episodio para volver a codearse en la alfombra roja de Emmys y Globos de Oro.
No se quedan atrás tampoco el resto de la familia Lannister, que han brillado
cada uno por su parte, principalmente me gustó la conversación de Cersei con
Margaery en que la reina regente le cuenta a su futura sucesora el origen de
las Lluvias de Castamere. El punto cómico lo ha puesto la reina de espinas, al
tratar de desentrañar las relaciones que existirían entre ellos tras las diversas
bodas.
Más
allá del mar encontramos a Daenerys, espiando a los mercenarios contratados por
la ciudad de Yunkai para defenderse de la madre de dragones. Hemos conocido así
a uno de los personajes más carismáticos de los libros Daario Naharis, de Tyrosh.
Veo tremendamente correcto que no lo hayan representado con pelo y barba azul
como en los libros, pero sí le hayan dejado su arakh y su daga con empuñadura
en forma de mujer, uno de sus sellos característicos. Poco a poco Dany va
ganando en aliados y en ejército y ya sólo le falta cruzar el mar para volver
al hogar. ¿Lo hará pronto?
Finalmente
hemos vuelto a recuperar a Davos, que avanza en sus lecciones de lectura.
Stannis vuelve a él pues, aunque traidor, sigue siendo su hombre más leal y en
el fondo, no le gusta ganar el trono con las macabras jugadas de Melisandre. El
tener a Davos de su lado le ayuda a tener la conciencia más tranquila sabiendo
que sus consejos son sabios. Finalmente, hemos visto que Gendry ha cumplido su
propósito, no el que hubiera querido Mel sino uno más suave. Si por ella
hubiera sido habría ardido como tantos otros, pero se tiene que conformar con
el ritual de las sanguijuelas. Completamente innecesario tanto el bailecito
sensual sobre el chaval como el colocar uno de los bichejos en su pene, pero
había que mostrar la pertinente ración de sexo y dolor.
Las
escenas de Arya y de Sam han avanzado (un poco) sus tramas y han sido
entretenidas. Particularmente la última ha dado escalofríos con tanto cuervo y
tanto mal rollo, al final todo acabó bien para Sam aunque haya dejado el arma
de vidriagón tras él (hay que comprender al muchacho, estaba acojonado). Pasemos
al deseado top 5 del episodio.
5. Sam el mortífero hace acto de presencia para acabar con
el primer White Walker de la serie
4. Daario. Buen comienzo y buena presentación para el
mercenario.
3. Davos. Me cae bien Ser Davos, de los pocos que hacen su
deber cueste lo que cueste y pese a lo que pueda sucederles.
2. Tyrion. El gnomo hace los deberes y realiza una actuación
conmovedora y creíble en pantalla.
1. Melisandre y sus malignidades siempre tendrán un huequito
en mi corazón.
Nota:8,5
Cersei nos relataba esta semana lo ocurrido en la canción de
las lluvias de Castamere y el episodio de la próxima semana se titula de la
misma manera. ¿Tendrá que ver con alguno de los Lannisters?
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