El nombre del viento

                Después de pasar tanto tiempo sin hacer una review de un libro (entre otras cosas porque hacía tiempo que no me terminaba uno). He decidido retomar esta sección con la novela que me ha retenido todo este tiempo, el super ventas “El nombre del viento”. (Entrada sin spoilers)

         Esta novela de Patrick Rothfuss es la primera de la trilogía “Crónica del asesino de reyes”. Ha recibido grandes elogios en todo el mundo, llegando a comparar su obra con la de Tolkien o George RR Martin, con las que comparte género (fantasía épica). Mis impresiones tras haber leído unas y otras es que, claramente, El nombre del viento se queda muy atrás comparada con las otras.

         La lectura se me ha hecho muy pesada, debido a que la historia es bastante irregular. Alterna momentos muy interesante y otros, demasiados, muy pesados, que invitaban a la lectura diagonal (Lectura diagonal: Dícese de la lectura que se realiza saltando palabras y líneas para acabar una página aburrida cuanto antes).  El libro narra cómo el protagonista, Kvothe, cuenta su historia y su infancia a unos oyentes algo particulares. Como curiosidad, el libro está narrado de forma bastante original, ya que todo lo que pasa en la taberna es contado en tercera persona, mientras que la propia historia de Kvothe (el grueso del libro) la cuenta él mismo en primera persona.

El autor, huyendo de los clichés habituales del género sobre gordos frikis y barbudos

         Conforme se avanza en la lectura ocurren una serie de hechos que no importan nada y que se alargan hasta la extenuación, eso a la mitad del libro, cuando más debería enganchar. Un increíble esfuerzo de voluntad por mi parte me hizo avanzar un poco más, hasta que la cosa vuelve a ponerse interesante. Sin embargo esta irregularidad no se encuentra sólo en la historia, sino también en la forma en la que está escrita. Quiero pensar que es cosa de la traducción, porque no es normal que determinadas partes del relato estén bella y exageradamente adornadas por un académico y otras partes parezcan escritas por La Esteban un niño de 12 años que no sabe ni utilizar los signos de puntuación.

         Sin embargo, lo que sí tengo que reconocer al autor es la riqueza del mundo que ha creado. A destacar también el uso de la magia, pues nos la presentan como una ciencia que se estudia junto a las matemáticas y la literatura, más que como un arte secreta, como suele ocurrir en otros mundos. Como ya dije, es precisamente en esta parte del libro donde el autor se crece y la historia gana enteros.

         Respecto a los personajes, he de decir que Kvothe me parece bastante cargante, al ser el típico súper personaje que es el “más mejor” en todo lo que hace y todo le sale bien. Sí, le pasan muchas desgracias en su vida, pero son más por efectos externos que por sus propios actos. En mi opinión, donde encontramos los mejores personajes es entre los secundarios y terciarios. Entre mis favoritos se encuentra Auri, una estudiante que vive en los túneles bajo la universidad y que parece que se volvió loca estudiando alguna de las extrañas disciplinas de la misma. De hecho algunos de los mejores diálogos son los que comparte Kvothe con ella, que siempre permanece dulce y risueña aunque asustada y desconfiada. Por eso mismo Kvothe adorna sus palabras con metáforas y juegos para poder comunicarse.

         En fin, mi recomendación es que no leas este libro a no ser que te guste el género y seas de lectura rápida, porque si te cuesta coger un libro tendrás difícil acabar este. Ya está a la venta la segunda parte de la trilogía: El temor de un hombre sabio, aunque no sé si me lo compraré o siquiera si lo leeré. De momento tengo otras lecturas pendientes que requieren mi atención, ya os iré contando qué tal. Hasta la próxima!!!

Nota: 6